Cuando tocamos un objeto muy caliente o muy frío sufrimos una descarga eléctrica, las células de nuestra piel se mueren o lesionan (quemaduras).
La gravedad de una quemadura dependen, no solo de la profundidad sino del lugar del cuerpo y del porcentaje de piel afectados. Cuanto mayor sea la superficie afectada, mayor será la pérdida de líquido y la posibilidad de infecciones.
Quemadura de primer grado: La piel arde, se pone roja y caliente.
Quemadura de segundo grado: Se forman ampollas porque el plasma levanta los restos de las capas superficiales.
Quemadura de tercer grado: La quemadura tiene un aspecto grisáceo, color caoba o negro. Ni siquiera quedan terminaciones nerviosas, la piel es sensible al tacto.